El concentrador de oxígeno es indudablemente un equipo indispensable para muchas personas, mas es de suma importancia saber algunos detalles relacionados con su empleo, por ejemplo conocer la unidad de medida LPM. Algunos pacientes, al observar en su prescripción las palabras «litros por minuto», asumen que su única alternativa es la adquisición de un tanque o concentrador de flujo continuo. Sin embargo, tanto los equipos continuos como los de pulso hacen uso de la unidad LPM, término que hace referencia a los caudales de oxígeno que son recetados para quienes necesitan oxigenoterapia. Dichos caudales son medidos litros de oxígeno los cuales fluyen por medio de una cánula hacia las fosas nasales y con ello a los pulmones. Cabe añadir que a muchos pacientes se les prescribe de forma estándar dos litros por minuto de oxígeno.

Es necesario considerar que es posible que en la prescripción no se les indique a los pacientes si requieren de un equipo de flujo continuo o de pulso. Asimismo, resulta imperativo comprender que la unidad LPM no está relacionada de manera directa con la configuración de todo tipo de generador de oxígeno. De forma general, casi todos los dispositivos domésticos o de flujo continuo cuentan con configuraciones LPM precisas. Sin embargo, la mayoría de los ejemplares de dosis de pulso o portátiles cuentan con ajustes de 1 a 5. La cantidad de oxígeno que se libera en cada uno de los ajustes será distinto en cada marca. Por ejemplo, si son recetados 2 LPM de oxígeno y el generador que desean adquirir posee de 1-3 configuraciones, es posible que no se ajuste a sus requerimientos. Para una mayor precisión, se recomienda que antes de adquirir un ejemplar se consulte a un médico sobre la unidad LPM que necesitan para efectuar la compra más prudente.

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