Es común pensar que las personas que requieren de terapia de oxigenación son porque tienen un cuadro grave de EPOC, es decir, de enfisema o bronquitis crónica; sin embargo, esto no es verdad en todos los casos. La realidad es que las razones por las que un paciente requiere de un concentrador de oxígeno pueden ser distintas, y no únicamente por haber fumado mucho en su vida o por tener EPOC.

Casos en los que se requiere de usar terapia de oxígeno

Existen diferentes enfermedades que llevan a los pacientes a necesitar de un concentrador de oxígeno portátil, las más comunes son:

Asma

El asma puede ser una enfermedad con graves consecuencias si no se trata, además, es una afección a largo plazo, lo que en muchos casos condiciona a quien la padece al uso de terapia de oxígeno para que su cuerpo pueda tener la suficiente oxigenación.

El asma es una enfermedad crónica que hace que los pulmones se inflamen y por lo tanto la respiración se vuelve complicada. Quien requiere de un aparato de oxígeno, también necesitará de medicamentos e inhalador. Primero tomará su medicamento y después usará el concentrador, el objetivo es hacer que la sangre tenga niveles de oxígeno nivelados.

Fibrosis quística

Cuando las glándulas secretoras del cuerpo que se encargan de producir sudor y moco se ven afectadas, la persona puede sufrir de fibrosis quística. Esta afección hará que se acumulen bacterias en las vías respiratorias debido a una producción de mucosidad más espesa y pegajosa. Cuando hay un exceso de bacterias en los pulmones, la persona será más susceptible a padecer infecciones respiratorias, además de tener problemas para respirar debido a la mucosidad espesa.

Por otro lado, si el paciente tiene mucho tiempo haciendo un esfuerzo extra para poder respirar, es posible que desarrolle hipertensión pulmonar. Uno de los métodos que ayuda a prevenirlo es usar un generador de oxígeno, de esta manera los pulmones podrán cumplir con su función sin problemas y repartir oxígeno a todo el cuerpo. Además, el organismo no tendrá que esforzarse para que el oxígeno llegue a la sangre si se inhala oxígeno puro.

Hipertensión pulmonar

La hipertensión pulmonar es lo que se conoce como una enfermedad secundaria, es decir, es una consecuencia de otra afección. Esta enfermedad hace que el oxígeno que llega al corazón no sea suficiente, además de hacer presión en las arterias y el ventrículo derecho en el corazón. Es como la hipertensión arterial alta, solo que su origen es distinto. Sin embargo, la solución es poner más oxígeno dentro de los pulmones.

Insuficiencia cardiaca

Cuando el cuerpo en su totalidad no puede recibir oxígeno debido a que el corazón no cumple con esta función, entonces hablamos de insuficiencia cardiaca. Esto no es un problema de los pulmones, ya que estos pueden encontrarse en buen estado y cumplir con su función; sin embargo, el corazón puede tener complicaciones para hacer su trabajo. Es decir, no poder bombear la sangre, lo que traerá como consecuencia que la sangre tenga bajos niveles de oxígeno.

Pero si la persona puede inhalar altos niveles de oxígeno, el corazón tendrá las herramientas para poder bombear lo necesario para el resto del cuerpo. Es bueno aclarar que no todos los pacientes con insuficiencia cardiaca se verán en la necesidad de usar concentrador de oxígeno. Será el médico quien lo determine después de realizar los exámenes y pruebas pertinentes. Una de las evaluaciones que indica si es candidato para la oxigenación es la gasometría arterial.

Finalmente, según la condición de cada paciente será el tipo de terapia de oxígeno que requiera. Su médico le indicará cuándo usarlo y por cuánto tiempo, todas las preguntas sobre la manera de utilizarlo de acuerdo con su afección deben quedar claras. Asimismo, si tiene dudas sobre el equipo de oxigenación, puede preguntar a su proveedor para que su uso sea el correcto.

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